miércoles, 1 de octubre de 2008

MISIVA

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Retomar,
una ceremonia de claroscuros, un ritual de caricias y miradas.
Buscar,
un horizonte de latidos en el pecho, expandido por el asombro.
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Nuestros caminos, bifurcados más de una vez, se han entrecruzado otras tantas, quién sabe por qué. Nunca me fui, nunca te fuiste.
El tiempo esa confabulación estúpida de engranajes y estaciones, extravió una respuesta anhelada diez años atrás, mientras tanto yo anduve remontando barriletes, conquistando islas, cazando impalpables fantasmas.
Pero, ¿quién puede atribuirse demasiada tangibilidad?
Entre las sombras, solo he capturado espectros. El amor es un insondable laberinto de gestos, palabras y esperanzas, del que no se puede entrar ni salir sin la cuerda dorada de la complicidad.
Pero, ¿quién puede creerse poseedor de dicho lazo?
Mas vale refugiarse en la prudencia del silencio que aventurar un simulacro de luminosas convicciones...
De aquí en más, podré transparentar mis cansancios y victorias, podré desnudar mi piel y mis temores, podré renunciar a mi inventario de callejones y anónimas madrugadas, pero nunca abandonaré el intento por alcanzar el océano, criando alas y escamas.
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Y allí estarás...

6 comentarios:

María Gabriela Costigliolo dijo...

Ultimamente estoy muy sensible y palabras como estas que tocan fibra a fibra mi alma que se recuerdan un poco a lo que soy que me recuerdan un poco a lo que eramos... nadie tiene nunguna conviccion ni lazo, ni tiempo para averiguarlo, pero alli estará...Un beso enorme.

Walterio dijo...

María Gabriela: Cuando uno se siente muy vulnerable, las asociaciones y casualidades se hacen más evidentes. Yo me enojo y luego escribo (aunque te resulte insólito en esas circunstancias me salen textos muy irónicos) y luego ya empiezo a respirar mejor...

Anónimo dijo...

Walt:

Hermoso... sencillamente hermoso.
Reeecién me entero de tu nueva casa! Prometo pasar mas seguido.

Abrazo!

Walterio dijo...

Mauri: Hacé de cuenta que amplié el living.

Anónimo dijo...

cómo quisiera yo no ser tan cobarde y atreverme a alcanzar el océano del que hablás...
pero ya ves, soy tan pequeño...

Walterio dijo...

Nene: ¿Pequeño, con ese sensible mundo interior que cargás?