domingo, 30 de diciembre de 2012

FELICIDAD

 
Para Alicia Z.
 
¡Al fin tengo mi casita! casi escriturada pero la tengo…
 
No, no construí aquella que quería con pisos de cerámica, pero me compré una baratita y linda sobre el camino nuevo que lleva al río. Estoy chocha, al principio tuve algunos problemas con las instalaciones, pero quién no los tiene, además el lugar tiene futuro, se va a transformar, se van a vender todos los lotes vacíos, aunque yo quisiera que las piedritas y la tierra sigan ahí mezclada con los yuyos serranos.
 
Sabés que miro los eucaliptos del vecino y me da una emoción… la naturaleza esa, ahí a mi alcance… con todo ese plumerío verde que tienen las loras para gritar. Se lo comento a mis hijos cada mañana, porque estoy muy pero muy contenta.
 
Te tomo sol…
Yo te tomo mucho sol y me echo al mediodía porque los científicos de la tele saben y como saben les llevo el apunte al pie de la letra, pero también atiendo a lo que me dijo una vieja: “si querés mantener el color del bronceado, no te bañés en seguida porque el sudorcito que te queda es bueno y corrés el riesgo de desteñirte si no le das tiempo a que se fije”, así que yo cumplo con eso y recién me ducho por la noche, cosa que me ha dado buenos resultados…
 
Es como… (en otro orden de cosas no), ¿viste cuando una pareja hace el amor? bueno en ese caso la transpiración también es maravillosa porque es natural, resbalosa y ayuda. pero también hay que prestarle atención a… bueno…, a la lech.. bueno…, ¿viste aquello que es habitual que se derrame cuando se está haciendo el amor? Dicen que posee propiedades curativas porque contiene proteínas. Yo escuché en la tele que una especialista recomendó los masajes en los pechos con… eso, y que usado como tratamiento de belleza facial, humecta y deja la piel tersa…
 
Con lo que a mi me gusta andar en tetas…
 
Yo te ando en tetas por la casa y por el patio a pesar de los vecinos. La porquería está en el ojo que mira con porquería, qué joder.
 
 
Por eso también les he dicho a mis hijos que prefiero que se prostituyan con un tipo antes que me traigan una niña embarazada. ¿Qué van a hacer con un pendejo si ni saben que hacer con sus vidas? Hay mucha irresponsabilidad considerando que la enfermedad de las cuatro letras anda dando vueltas sin ton ni son a la caza de un tonto desprevenido. Así que les aconsejo que cuando encuentren una chica, o dos o lo que sea, que se vengan a casa para que estén más protegidos y que si llegaran a pasar al baño y me encuentran en culo, que no se asusten porque todo es natural, ya que nada debe ser extraño ni objeto de escándalo.
 
Los amigos de mis hijos me visitan seguido, preguntan sobre la vida y yo les doy fanta naranja. Les respondo, me miran y dicen que la gente grande ya no les habla así, que solo les gritan y los consideran un estorbo sin porvenir. Quedan en silencio un largo rato y parten casi con tristeza entonces los detengo, les doy un abrazo y aprovecho para aconsejarles que no se metan tantas cosas encima y que traten de no andar rodando sin sentido por las plazas, porque la gente se pone violenta por nada, especialmente cuando ve a muchachitos tan lindos. Yo sé muy bien como funciona eso, lo aprendí estando casada varios años con un...
 
…Se les acercan, les hacen el verso con una birra y se los cargan vaya a saber adónde y para qué… bueno para qué yo supongo que sé, si me atengo a lo de los tratamientos de belleza facial, que están teniendo una demanda impresionante en estos días, por eso prefiero que ellos también vayan a casa con mis hijos, siempre y cuando me avisen con tiempo, así yo salgo por las dudas tengan que hacer algo con una chica, con dos o con lo que sea… porque… mirá si hay gente mala que prefiere un hijo chorro o muerto antes que puto. No eso está mal, es cagarse en la felicidad ajena y si los chicos tienen ganas de fumarse un porrito que lo hagan, pero en la seguridad de un hogar y que de paso conviden.
 
Estamos tan llenos de culpas y prejuicios que a veces lo que es verdaderamente importante se pasa por alto, quién sabe qué tipo de relaciones tienen ellos con sus padres, gente que debe andar colgada de una nube de pedos, en vez de salir por las plazas y ver de qué manera se ponen los pantalones para que se les vea la raya o el ombliguito rodeado de pelusita en esos abdómenes como barritas de chocolate que tienen y que lamentablemente les va a durar tan poco con los hectolitros de cerveza que se mandan pero claro, la ponen tan seguido que seguro deben quemar muchas calorías. Yo misma he visto cómo las chicas muy calientes, los buscan con insistencia para esos menesteres y ni mis hijos, que de tan rubios parecen extraterrestres, se salvan del constante acoso de cualquier chirucita con olor a papo mal lavado. Pero ellos ya saben que deben cuidarse, que para eso les lleno el cajoncito de la mesa de luz con forritos de todos colores así que mas vale que no me traigan ninguna novedad que patalee, que vomite o que se cague en esos pañales de mierda que no sirven para otra cosa que para disfrazar los espinillos de árbol de navidad tercermundista.
 
Yo te hablo por teléfono a Norteamérica!
 
De vez en cuando llamo a una amiga para que me de consejos sobre el tema, ella ahora está viviendo en Miami y trabaja en la conserjería de un hotel, allá no tienen estos problemas y los tratamientos de belleza facial son más económicos según parece, pero no responde mucho, solo dice que hace calor y que los turistas dedicados al físico-culturismo son una carga que la tienen harta. Entonces yo le cuento que me inauguraron el camino al río y que esto también se va a llenar de turistas (además de los amigos de mis hijos y de la chica o de las dos o de lo que sea).
 
Realmente lo espero, porque los lugareños no entienden que yo me pasee en tetas por el fondo, o que no me bañe después de tomar sol o que me quede una hora mirando los nidos que las loras han hecho en los eucaliptos, especialmente cuando los amigos de mis hijos me convidan algo. Ni que decir cuando espían y comprueban que estoy en medio de una gran conversación con ellos. Son medio atrasados, ni deben saber que hay un continente que se llama Europa (que quedó tan lejos cuando yo era una niña) y mucho menos que pueda tener una amiga viviendo en la península de Florida. Cómo explicarles que La Florida no es una fábrica de amargo serrano, cómo hacerles entender que el mundo es mucho más grande y que el sol está arriba para que todos lo disfrutemos culo al aire. Quizás este nuevo camino les obligue a cambiar un poco la manera de ver las cosas y de relacionarse con los demás, porque una vez que por aquí comiencen a pasar los turistas, que seguramente no serán los fornidos lampiños de minúsculos trajes de baño que tiene que tolerar mi amiga, no les va a quedar otra que aceptar o mirar para otro lado. Una pena, es tan lindo ver a la gente cuando el asombro les abre los ojos porque el paisaje les ha regalado una perspectiva inesperada, o saber que nuestras rústicas casitas, se convertirán en postales que compartirán con sus amigos. Es tan emocionante, que si lo pienso un poco, no me va a alcanzar el tiempo de vida que me queda para agradecer tanta felicidad.
 
Sábado 31 de diciembre de 2005
Walter Villarreal

domingo, 2 de diciembre de 2012

CAPISTRANO

 
Pasan los años y acariciar los postigos borgoña de aquella esquina con vista a las canteras, me sigue produciendo el mismo escalofrío que las estampidas explosivas del cerro, pero la infancia se quedó en alguna baldosa, en la trama nacarada de unas cortinas que se corrieron para ocultar la luz y la mentira, en el fango de una carretilla oxidada y dispuesta para criar los renacuajos rescatados del lago del Sierras Hotel.
 
Fueron acumulándose domicilios, vendavales, obtusas miradas que engendraron el rencor entre un naranjo y un mandarino. El arca celeste invadida por las abejas y manzanillas, aquel servicio de té de juguete, una casita de madera con ornamentos de papel crepé rosado, al pie del seíbo joven. El enorme armario de roble pintado de gris platinado, para proteger los juguetes de las goteras estivales.
 
Un conejo blanco huyendo de la creciente.
Un perro ratonero llamado Arlequín.
Un gato amarillo durmiendo con el conejo.
 
Entre las uñas, las astillas azuladas de esos muros prefabricados, las flores de un empapelado oriental desojada por el llanto, la penitencia y la ignorancia. En la penumbra de las tardes, una ciudad de ladrillos de colores, el aroma de los crayones, el talco nevando los pesebres montados con espejos, ornamentos quebrados y un sable dorado envuelto en celofanes.
 
La abuela bruja, levantando la tapa de la olla para dejar ver las patas amarillas de la gallina que era mi mascota…
 
La abuela hada, levantando los secretos de las aljabas, la infusión de mimosa, la tortilla de papas y verdeo…
 
Escarapelas de niebla y silencio, de luto y celebración. Raquíticos reflejos en los espejos de la desidia, encintados, entintados, enrulados. Calas bebiendo el agua jabonosa de los lavaderos, un hermoso Golden Retriever, muriendo en la siesta, una tortuga devorada por las hormigas coloradas del atardecer bajo el cerco de uvitas silvestres.
 
Los tíos del campo, el olor de las crines de un caballo trotando en la mañana, la desaparición de los chañares y tuscales el mismo día en que los silos de ladrillo dejaron de pautar los alfalfares y se volvieron marciano viento colorado.
Diez velas emergiendo del chocolate, un cuaderno inmaculado y la casa nueva, invulnerable a los insultos frente a un territorio inmenso de venenosas legumbres e inventadas arqueologías.
 
Una cruz del sur amarrada a la caligrafía de un puñado de mediocres poemas infantiles…
 

Ya no importa si estas líneas corresponden al día en que escribo, al fin y al cabo ni pasado ni futuro implican un desacuerdo para este presente que se evapora como la tarde primaveral en Altaria, como la danza violácea de las golondrinas nacidas en Capistrano que hoy sobrevuelan el corazón de mi predestinada soledad urbana…