martes, 3 de agosto de 2010

ESQUINAS

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Si en el pasado, las cornisas y los muros se plegaban en la esquina, abriendo una puerta amplia para celebrar con la ochava la presencia de un bar, un almacén o una tienda; si los toldos como toboganes deslizaban la sombra sobre las confituras expuestas en una vidriera y los pasos de la vereda, era porque el octógono de la bocacalle concertaba los ejes cartesianos del encuentro.
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La sencilla regularidad de aquellas esquinas, apenas diferenciadas con un ligero cambio tonal de sus revestimientos tipo “piedra parís”, el perfil de sus balaustres y los elegantes rótulos comerciales, fue sucumbiendo por la urgencia renovadora que alteró las proporciones de sus vanos (Mateo Beres y Urquiza), desintegró su lenguaje original (Agustín Aguirre y Olmos), vació su contenido (Belgrano y Belisario Roldán) frivolizó su imagen con colores inadecuados (España y Urquiza) y en el peor de los casos demolió para erigir anodinas construcciones de descuidada volumetría y lamentable expresión o la convirtió en espacios residuales (ambos ejemplos se encuentran enfrentados en Belgrano y Prudencio Bustos).
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Una política de preservación integral del patrimonio considera los edificios y su equipamiento original, pero también la trascendencia de aquellas actividades humanas que albergan porque construyen la identidad de una sociedad. No en vano, las ciudades que se respetan como tales en su importancia, conservan intactos desde bares hasta farmacias de histórica trayectoria. Estos espacios se sostienen gracias al desarrollo de programas especiales que combinan lo cultural, lo comercial y lo turístico en una gestión sustentable impulsada por organismos oficiales, pero ejecutada por actores privados.
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Cedida la ochava al trámite financiero o a la rutina de la transacción, pero no al ritual de la compra y venta, muchas esquinas de Alta Gracia han sacrificado en nombre de la renovación que proclama un falso progreso, la generosidad del café y la palabra, la mística de la luz y las sombras.
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Escrito para la edición 204 de Sumario,
7 de enero de 2005.
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2 comentarios:

HUGO dijo...

Barro y pampa, esquina de la espera.
Ingeniería del farol y la nostalgia
cada baldosa guarda el recuerdo
del primer noviazgo.

Walterio dijo...

Hugo: Muy tanguero, una pena que nada de esto se perciba para ponerlo en valor.