miércoles, 8 de agosto de 2012

CLASE M


Bien sabe la gente que me conoce, que no tengo la K tatuada en la frente ni en el tujes porque estoy afiliado al PS desde los 18 años (si mal no recuerdo), pero nunca terminaré de entender la antidemocrática actitud de quienes no votaron a Cristina y hacen lo imposible desde las sombras virtuales de las redes sociales para difundir cualquier información sin el menor rigor y con la clara intención de "desestabilizar" moralmente a los que todavía son dueños de sus opiniones. Es una queja retorcida que en el fondo se alimenta nostálgicamente de los tiempos del menemato, que en tanto se dedicaba a desmantelar los últimos vestigios del esplendor de una Argentina que nunca llegó a consolidarse, pegoteaba los párpados a los tilingos de siempre con la fantasía de la paridad cambiaria, permitiéndoles "tirar manteca al techo" sin importarles el futuro del país. La inefable CLASE M, que no necesariamente se superpone con la media que conocemos, aunque por encontrarse en un idealizado punto equidistante entre dos extremos y no por el mérito de haber conquistado un equilibrio existencial, sobrevive a las tensiones que la mediocridad le permite, sin plantearse alguna vez una ínfima posibilidad de trascendencia.

 
M de miserable, maligna, meliflua, milicoide, malhumorada, malparida, morosa, misógina, monstruosa, maniática, masacrante, ministerial, mentirosa, mirona, mandona, macanuda, manipuladora, mesiánica, machacona, mutante, melindrosa. Monotemática en el odio y en el resentimiento, en el egoísmo y en la crítica a perpetuidad. Megalómana en su patriotismo futbolero o bipolaridad partidaria que nunca permite nuevas experiencias por temor a lo desconocido…

Voté un proyecto de país, pero la mayoría eligió otro al que le reconozco grandes avances en los derechos civiles, cuestiones que para la Clase M, resultan mariconadas pero que nos ponen a la vanguardia como sociedad integradora de las minorías.

No concuerdo con muchísimos puntos de ésta gestión, pero jamás se me ocurriría iniciar una tortuosa e indigna campaña de difamación apelando al humor ramplón y escatológico para insultar la investidura presidencial o valorizar la “opinión especializada” que circula por cuanto Medio solo sea capaz de leer su propia M de mierda entre sus páginas…

Sin dudas… no serán los integrantes de la Clase M con sus cacerolazos quienes nos dirijan hacia el bienestar y el desarrollo pues como se sabe, es gente cumplidora que trabaja, paga sus impuestos, vive en familia, va a misa, no molesta a sus vecinos, no opina sobre política ni religión, de vez en cuando colabora con una buena causa, se emociona hasta las lágrimas viendo a los niños que sufren por televisión, cuelga imágenes de perros y gatos en Facebook con frases muy ocurrentes, lee libros de autoayuda y protesta, pero nunca se compromete en la transformación de la realidad desde algún espacio de participación pública, porque la Clase M es también muy Miedosa…

No hay comentarios: