sábado, 21 de mayo de 2011

COLECCIÓN

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Desde aquellas lejanas tardes infantiles en las que, junto a mi amigo Marcos escarbábamos las pilas de escombros de los baldíos jugando a ser arquéologos, la felicidad por encontrar algún minúsculo fragmento de la memoria ajena en forma de astilla de vidrio o trocito de loza, se fue renovando en las librerías de viejo, en los estantes de los anticuarios, en los cajones de las chacaritas donde yacían condenados a la  destrucción, los pequeños destellos del pasado.
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De pronto, no se de qué manera, me vi convertido en un coleccionista. 
Una especie de guardián afectivo de las últimas señales de una época en  la que todo parecía perdurable pero que sin embargo, también sucumbió al olvido.
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4 comentarios:

nfer dijo...

Ay....yo tambien tendrìa colecciones, pero tuve que mudarme muchas veces, y ya sabes, "tres mudanzas equivalen a un incendio", por lo que mucho se perdiò o rompiò o alguien decidiò regalar..asì que me paseo por tus colecciones como para sentirme un poco mejor :)

Walterio dijo...

nfer: Lo peor de las mudanzas es el extravío involuntario de objetos apreciados.

Aunque me guste acumular cachivaches y papeles, anualmente hago una "expurgación" para hacerle lugar a todo aquello que he decidido conservar.

Alejandro dijo...

¡Qué lindos objetos! Yo tengo un platito con una virola azul y el logotipo del Edén Hotel, pero no parece tan antiguo.

Walterio dijo...

Alejandro: Hace poco vi uno muy parecido al que describís, puede que sea de la década del 50 o del 60.