martes, 16 de octubre de 2012

NUTRICIÓN

 
Llego a la sala de espera y solo encuentro lugar para sentarme en el horrible sillón antropófago azul de dos cuerpos. La secretaria me saluda y me dice que la nutricionista ha diseñado una encuesta para los pacientes que es anónima, me extiende la hoja con las preguntas que voy leyendo y contestando de la peor manera:
 
1. ¿Es bueno ingerir frutas con cáscara?
Si lo que se va a comer es un coco, es preferible quitarla…
 
2. ¿Higieniza los vegetales? ¿Qué técnica emplea?
No tengo experiencia en higienizar a pacientes en estado de coma.
 
3. ¿Es correcto incorporar aceite a la dieta diaria?
En tanto no sea aceite de motor…
 
4. ¿Consume gaseosas?
Las únicas burbujas que admito en mi vida son las de un champagne…
 

5. ¿Consume pescado?
Quién no se ha comido un bagre alguna vez…
 
6. ¿Qué pasta elegiría en una comida?
Una pasta frola, seguro, una pasta base no…
 
7. ¿Es mejor el pan tostado? ¿Por qué?
Es mejor porque la manteca se derrite y corre mejor…
 
8. ¿Cuántos huevos pueden comerse por día?
Depende del tamaño, no es lo mismo un huevo de avestruz que uno de codorniz.
 
9. ¿Prueba la comida antes de ponerle sal?
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
 
10. ¿Realiza actividad física? ¿Por qué?
No, porque si realizo actividad física no tengo tiempo para disfrutar de la comida.

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