sábado, 14 de abril de 2012

PORTEÑÓPOLIS

.
Todo en Buenos Aires parece multiplicar su escala, nada es modesto y la desmesura alimenta nuestra sed mitológica de pasados y futuros alternos.
.
 
 
 
Todo en Buenos Aires se abigarra, se acumula y recicla hasta la exasperación para que las historias vuelvan a trenzarse en una nueva anécdota y el hastío naufrague en la oscuridad.




Todo en Buenos Aires se superpone y desentierra, se vuelve raíz y cimiento para embalconarse enramarse y asomarse al cielo urbano de un infierno imperfecto. 


 
 

2 comentarios:

nfer dijo...

Siendo como soy, del campo, aunque viviendo en una ciudad del interior, me gusta darme una vueltita por Buenos Aires.
Una vueltita de vez en cuando, hay cosas interesantes que merecen la pena...el resto es tal como lo decís.
Mejor dicho, un 80% es "el resto" , un 5% lo que merece ser conservado y el 15% restante una zona indefinida.

Walterio dijo...

Tampoco soy de fanatizarme con lo urbano, prefiero tener las sierras a mano.