Una mañana, Vika apareció en la calle, flaca, desgarbada y con una soga atada al cuello.
Una tarde se animó a cruzar el portón y se acurrucó en el jardín, entre las achiras y la sombra del roble...
.Una mañana, Dulban apareció en la mesa, esbelto, sonrojado y con un moño en la maceta.
Una tarde atravesó la puerta de la cocina y se instaló en el jardín, entre los huesos roídos y las bellotas del roble...
.Era inevitable que esta dama comechingona y el caballero holandés, no tuvieran su romance invernal en un patio de Altaria.
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8 comentarios:
ayyy que ternura, me encantan ambos dos!
Ayer me regalaron un holandés rojo y blanco, morí de felicidad, y luego reviví, aqui estoy jajaja
Qué continúe el romance!
Nélida: Es un anticipo primaveral, (ya no se qué hacer para que el invierno huya).
LA VERDAD ES UNA TERNURA!!!! BESOS
Las historias de amor son lindas de cualquier forma...una ternurita lo suyo!
Gaby: Si la vieras cuando voy al patio y me busca para ofrecerme una hoja seca.
Gaby: El patio de casa está lleno de idilios, los benteveos con sus nidos en el roble, los colibríes y sus romances con las flores de los cactus, las abejas y la pasionaria... ya publicaré otras historias de amores.
Qué bueno que la perra no rompa las plantas!
Bello romance.
Saludos.
Muchasmiradas: A veces entierra un par de huesos, pero bien al fondo y al pie del naranjo o entre los helechos. Si supieras lo respetuosa que es, parece que no quisiera ocupar espacio ni molestar.
La he querido sacar a caminar pero tiene terror de volver a la calle.
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